A dos cuadras del centro, el Paseo de los Arroyos funciona como pulmón verde de la villa: senderos costeros, sombra generosa y rincones para bajar un cambio sin alejarte del movimiento. El recorrido bordea los tres cursos que atraviesan el pueblo —El Molle, El Sauce y La Toma— y se disfruta a pie o en bici, con bancos y claros ideales para mate y foto. Es un plan versátil: encaja perfecto entre compras, merienda y un rato de naturaleza a metros del casco céntrico.

En el trayecto aparecen obras del Paseo de las Esculturas, que suman un plus cultural al paseo (hay piezas ubicadas sobre el mismo circuito. El camino es llano, bien arbolado y, si lo hacés completo, ronda 1 hora de caminata suave.

 Cómo llegar…